El primer paso para poner en marcha una idea empresarial es plasmarla en un plan de negocio. Entre otros asuntos, hay que especificar de qué producto o servicio se trata, cuál es su característica diferencial, a qué público va dirigido, qué recursos se necesitan, cuál será la estrategia de comercialización o cuál es la rentabilidad estimada. En muchas ocasiones, se trata de una tarea tediosa, poco práctica y que supone un esfuerzo excesivo que choca con la vertiginosa realidad de mercado en la que vivimos hoy. En este sentido, es inspirador el Modelo Canvas: una metodología alternativa, más reciente y que resulta más útil en la actual coyuntura. Un modelo muy simple y a la vez muy potente. Tanto si el objetivo es desarrollar una nueva idea como si se trata de mejorar o re-inventar un negocio existente.