En un acontecimiento sin precedentes en la política mundial: el Reino Unido tiene el primer candidato electoral basado en Inteligencia Artificial. Se llama AI Steve y se postula para un escaño en el Parlamento británico en las elecciones del próximo 4 de julio de 2024. Parece una broma, pero yo me lo tomo muy en serio. No me extrañaría que AI Steve consiga el escaño al que aspira. Analicemos entonces qué implicaciones tiene que AI Steve sea un político virtual basado en Inteligencia Artificial. Para lo bueno… y para lo malo.
Empecemos por el principio: ¿Quién es AI Steve?
AI Steve es un avatar digital diseñado para interactuar con los votantes y tomar decisiones políticas basadas en esas interacciones. AI Steve puede gestionar hasta 10,000 conversaciones simultáneamente las 24 horas del día, lo que le permite una capacidad de comunicación significativamente superior a la de cualquier persona y no digamos a la de cualquier político humano, por lo general tan ocupados y distanciados de los ciudadanos.
El partido que respalda a AI Steve, llamado Smarter UK, promueve políticas creadas por y para el pueblo, basándose en las opiniones de los votantes.
Aunque Steven Endacott, el empresario detrás del proyecto actuará como representante físico lo cual es imprescindible para participar y votar en el parlamento de Reino Unido, será la inteligencia artificial quien tome todas las decisiones políticas.
Al final de este artículo comparto el enlace a su web, desde donde podrás comprobar cómo es interactuar con él y todos los detalles de su programa político.
¿Qué ventajas tiene un político basado en Inteligencia Artificial?
Desde la perspectiva del beneficio de la sociedad y siempre que no se utilice con malas intenciones (humanas), un político como AI Steve presenta grandes ventajas potenciales que podrían revolucionar la política actual, aquí algunas de las más relevantes:
1. Accesibilidad y Disponibilidad: cualquier persona tendría la posibilidad de interactuar con este político en cualquier momento para expresar sus inquietudes o hacer preguntas. ¿Te imaginas poder hablar con un político cuando tú quieras y que te conteste de inmediato? ¿Podría esto devolver a la ciudadanía la confianza en los políticos?
2. Toma de decisiones imparciales y objetivas basada en datos: gracias a su capacidad para recoger y analizar grandes cantidades de información, AI Steve podría desarrollar políticas basadas en las opiniones, sugerencias y necesidades de las personas que interactúan con él, lo que aseguraría decisiones alineadas con el sentir general o mayoritario de la población.
3. Innovación y modernización. La inclusión de IA en la política seguro fomentaría una mayor innovación y modernización en los procesos de gobierno, impulsando una transformación hacia lo digital en otras instituciones públicas.
4. Reducción de costes para el estado. Si es un avatar… supongo que no necesitará un salario a cambio de su trabajo… ¿o si? De momento, como AI Steve necesita ser representado por un humano, supongo que será Endacott quien cobrará el sueldo de parlamentario.
5. Reducción de la corrupción. Si no tiene intereses personales ni familiares ni amigos a los que favorecer… podríamos pensar que no caerá en la corrupción, ni usará dinero público para fines particulares y que sus decisiones, en este sentido, dejaran al margen todo interés particular.
Si realmente todo lo anterior se convierte en realidad… ¿Sería la Inteligencia Artificial una oportunidad para que la ciudadanía vuelva a confiar en su clase política como medio para mejorar sus vidas? Desde luego, es un escenario hipotético muy alejado de la realidad actual, en la que los políticos parecen ocuparse únicamente de sus propios intereses, para conseguir los cuales, todo vale.
Hablemos ahora de los riegos y los inconvenientes
Pero no todo son ventajas, también son muchos los riesgos que implicaría un político basado en Inteligencia artificial. Estos son algunos de los que se me ocurren a bote pronto: la falta de empatía y comprensión humana en la toma de decisiones; el exceso de dependencia tecnológica que si falla puede dar al traste con el avatar político; o la falta de transparencia y responsabilidad en caso de que las decisiones implementadas causen un daño a personas o instituciones.
Especialmente crítico me parece el alto riesgo de manipulación de un político basado en IA, lo cual puede conseguirse mediante la creación de bots o perfiles falsos. Estos actores malintencionados podrían inundar la Inteligencia Artificial con datos sesgados o falsos, distorsionando así las decisiones políticas, y alejándolas del verdadero bien social. Y sobre todo, alejando esta propuesta de su objetivo original, que es tomar decisiones en base a las opiniones y sugerencias de las personas reales.
UNAS REFLEXIONES FINALES...
A pesar de todas las capacidades impresionantes de AI Steve, es importante destacar que, por ahora, sigue siendo necesario que exista una persona, Steven Endacott, que vote en el parlamento en su nombre. Esto resalta una realidad clave: aunque la Inteligencia Artificial puede procesar datos y ofrecer recomendaciones, la responsabilidad final y la legitimidad democrática todavía recaen en un ser humano. Esperemos que esta circunstancia asegure que haya un nivel de responsabilidad y comprensión humana en la toma de decisiones.
¿Podría llegar el día en que una IA vote directamente en el parlamento, o siempre será necesario un intermediario humano? La tecnología avanza rápidamente, pero creo que la adaptación de nuestras estructuras democráticas a estas nuevas realidades será un proceso gradual y lleno de debates éticos y prácticos..
Lo que desde mi punto de vista sería la solución ideal es que los partidos políticos utilizaran el modelo de AI Steve para conocer los verdaderos intereses de sus votantes y plantear sus programas y tomar sus decisiones políticas en base a ello.
Enlace a la Web del candidato AI Steve
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